“Quiero que recuerdes el número 584. Ya vuelvo”, le dijo la doctora Brenda Milner a Henry, un paciente que sufría de una amnesia severa.

Lo dejó solo en el consultorio. Pero antes se aseguró de que no fuese a tener ningún tipo de distracción.

Milner se fue a tomar un café y, después de 20 minutos, regresó.

-¿Cuál es el número? 584.

-¿Si? Está muy bien. ¿Cómo lo hiciste?

-Bueno, 5,8 y 4 suman 17. Dividido entre 2, tienes 8 y 9. Recuerda el 8. Divide 9, tienes 5 y 4. 584. Simple

-¿Y te acuerdas de mi nombre?

-Lo siento, el problema es mi memoria

Pese a que Milner y Henry se conocieron durante más de 30 años, él nunca recordó su nombre. Cada vez que se veían, ella se tenía que presentar.

De hecho, él no recordaba nada de lo que iba viviendo.

Milner fue la primera psicóloga que se dedicó a estudiar su caso y junto a sus investigaciones anteriores y posteriores con otros pacientes, surgió un conocimiento que cambió nuestra comprensión del cerebro y de la memoria.

“Hubo un giro casi copernicano. Pasamos de entender el cerebro de una manera a algo completamente diferente por estudios como los de la profesora Milner”, señala Gabriel Ruiz, catedrático de Historia de la Psicología de la Universidad de Sevilla, en España.

Una cirugía cerebral

La anécdota sobre el número 584 la contó Milner en una entrevista publicada por la Asociación para la Ciencia Psicológica en 2013.

La neurocientífica había conocido a Henry en 1955, cuando él tenía 29 años. (BBC)