Este jueves, 13 de marzo, muchos evitaron ir a dormir antes de la medianoche para disfrutar del primer eclipse lunar total del año.

El fenómeno, que hizo que la Luna se viera de un color rojizo (de ahí que también se le llame “Luna de Sangre”), pudo ser apreciado en la mayor parte de los países de América Latina y el Caribe.

Un eclipse lunar se produce cuando el Sol, la Tierra y la Luna se alinean de forma que la Luna queda en la sombra que proyecta la Tierra. Y cuando es total, significa que toda la circunferencia lunar es afectada por la parte más oscura de la sombra terrestre (su umbra).

Para ver este eclipse, no se necesitó ningún equipo especial, pero lo ideal era que hubiese una noche despejada. Los expertos también recomendaron encontrar un lugar sin mucha contaminación lumínica para contemplarlo mejor. (BBC)