¿Qué tienen en común Vladimir Putin, los yogures de arándano, el Premio Nobel de Química de este año y la Guerra Fría?

La respuesta está en las 64 casillas del tablero de ajedrez, sus casi infinitas combinaciones y su capacidad para convertirse en una metáfora del mundo y de la vida.

El ajedrez, cuenta Leontxo García , es mucho más que un juego o un deporte apasionante con más de 1.500 años de historia documentada.

Él lleva como periodista casi 40 años dedicado a transmitir y a contagiar esa pasión, lo que le ha permitido conocer a todos los grandes maestros y números uno de la especialidad, incluyendo a figuras históricas como el inconmensurable y oscuro Bobby Fischer, “un genio en jaque perpetuo”, describe.

Aunque el ajedrez, asegura, no es solo cosa de mentes brillantes.

Utilizado como herramienta educativa -algo en lo que él ha formado a más de 30.000 maestros de escuela de 28 países-, el juego sirve para fomentar multitud de capacidades, además de ayudar a retrasar el envejecimiento cerebral.

También permite aprender sobre áreas tan diversas como la psicología, las matemáticas, la inteligencia artificial, el cine o la política internacional.

Escuchar a Leontxo García en sus podcast, videos o conferencias, o leerlo en las columnas que escribe en El País desde 1985, te transporta a un mundo de duelos y rivalidades novelescas, de hazañas heroicas y de mentes portentosas que rozan los límites de la realidad.

Su entusiasmo llegó incluso a convertirlo en un famoso meme, al que él ha dado la vuelta con humor e inteligencia para dar nombre a su boletín semanal: “Maravillosa jugada”.

Gran comunicador, asegura que el ajedrez le sirve para hablar de todo porque “imagínate la de cosas interesantes y personajes fascinantes que hay en 15 siglos”. (BBC)