La figura de Ignacio Agramonte y Loynaz, *El Mayor*, ocupa un lugar destacado en la bibliografía cubana, no solo como objeto de estudio histórico, sino también como fuente de inspiración literaria y símbolo de la nacionalidad. Su vida y obra han sido analizadas en numerosos libros, ensayos y artículos que exploran su liderazgo militar, su pensamiento político y su legado ético. Obras como *Ignacio Agramonte: Documentos* (compilación de la Academia de la Historia de Cuba) o *Agramonte: El Bayardo de la Revolución Cubana* de José Abreu Cardet ofrecen un examen riguroso de su papel en la Guerra de los Diez Años, mientras que su correspondencia con Amalia Simoni ha sido editada y estudiada como testimonio de su dimensión humana.
En el campo de la historiografía, Agramonte ha sido abordado desde múltiples perspectivas, desde los clásicos como *Hombres de la Revolución de Cuba* de Enrique Loynaz del Castillo hasta investigaciones más recientes que reevalúan su estrategia militar y su visión independentista. Su proclama *”¡Cubanos, con los cobardes no cuente la Patria!”* aparece citada en innumerables textos, convirtiéndose en un lema recurrente en la bibliografía patriótica. Además, su muerte en Jimaguayú ha sido narrada y analizada en detalle, tanto en crónicas del siglo XIX como en estudios contemporáneos, destacando su impacto en el curso de la guerra.
La literatura cubana también ha dedicado páginas memorables a su figura. Poetas como José Martí y Nicolás Guillén lo evocaron en versos cargados de admiración, mientras que novelas como *El Mayor* de Jorge Enrique Mendoza o *El polvo y el oro* de Julio Travieso recrean episodios de su vida con licencias ficcionales pero fidelidad al espíritu agramontino. Su romance con Amalia Simoni ha inspirado obras teatrales y narrativas, como *Amalia y Ignacio* de Reynaldo González, que profundizan en la relación entre lo personal y lo revolucionario.
En el ámbito ensayístico, autores como Cintio Vitier y Fina García Marruz han reflexionado sobre el significado de Agramonte en la formación de la conciencia nacional, vinculándolo con la tradición ética y martiana. Su imagen de líder íntegro e intransigente ante el colonialismo lo ha convertido en un referente en textos sobre identidad y pensamiento cubano, desde el siglo XIX hasta la actualidad. Incluso en la literatura infantil y juvenil, su vida ha sido adaptada en biografías noveladas que buscan transmitir sus valores a nuevas generaciones.
Finalmente, la bibliografía sobre Agramonte sigue creciendo, con investigaciones que reevalúan su papel desde enfoques contemporáneos, como su visión jurídica (reflejada en el proyecto constitucional de Guáimaro) o su influencia en el derecho mambí. Su legado perdura no solo en los archivos históricos, sino en la constante reinterpretación de su figura, demostrando que *El Mayor* sigue siendo un eje fundamental para entender la historia y la cultura de Cuba.
