«Si nuestros niños, niñas, adolescentes y jóvenes no conocen sobre la política, el problema va más allá de la comunicación: significa que no estamos teniendo impactos tangibles».

Así aseguró el diputado y vice primer ministro cubano, Jorge Luis Perdomo Di Lella, en la sesión conjunta de trabajo de las comisiones de Atención a la Juventud, la Niñez y la Igualdad de Derechos de la Mujer, y de Educación, Cultura, Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, en la que fue analizada la implementación de la Política integral de la niñez, adolescencia y juventudes.

Perdomo Di Lella enfatizó en que, para lograr la transversalidad en su aplicación, es imprescindible la participación de los sectores en los que se enfoca.

Ante esta dificultad, los diputados instaron a asumir a los jóvenes, adolescentes y niños como protagonistas de todos los procesos, por lo que los gobiernos municipales deben tenerlos en cuenta desde el primer momento para que lo que se construya se parezca lo más posible a sus aspiraciones.

Susely Morfa, jefa del Departamento de Atención al Sector Social del Comité Central del Partido, recalcó la necesidad de una atención integral, que incluya los ámbitos estudiantil, laboral y comunitario, con el objetivo de formar un buen ciudadano.

En el país, el 82 % de la fecundidad adolescente corresponde al grupo de 15 a 19 años, mientras el 18 % recae sobre las menores de 14 años, informó el viceministro de Salud, el doctor Reinol García Moreiro, al abordar el tema.

La salud sexual y reproductiva integral de los adolescentes en la Isla constituye un desafío social para el Estado. Por eso, al presentar los resultados de la comprobación sobre el cumplimiento de las acciones para la prevención del embarazo adolescente, la diputada Arelys Santana mencionó, entre las insuficiencias identificadas, la baja percepción de riesgo sobre las prácticas sexuales sin protección y la tendencia a normalizar, entre los adolescentes, el fenómeno de contraer relaciones con hombres mayores.

Asimismo, es visible el inicio temprano de las relaciones sexuales, aparejado a una deficitaria educación integral de la sexualidad y a altos índices de adolescentes mestizas y negras, residentes en entornos rurales, desvinculadas del estudio y del trabajo y en viviendas con bajos ingresos. (Granma)